El primer programa de Pesadilla en la Cocina ha cumplido
todas las expectativas, un Alberto Chicote correcto en todas las situaciones ha
conseguido su objetivo, que el restaurante comience a funcionar de nuevo.
El problema del Restaurante la Tana.
La Tana es un restaurante situado en Pinto, del que Alfredo
y Fátima son dueños desde hace más de 10 años. Tienen como cocinera a la única
empleada del local, Claudia. Los tres tienen un temperamento muy fuerte, que no
les beneficia en nada para su trabajo.
El equipo se trasladó hasta el restaurante la. Para evaluar
con que tipo de problemas se enfrentaba y ponerles solución, Alberto Chicote
decide ir a comer a este restaurante. Esta experiencia no fue para nada
satisfactoria ya que la limpieza no era la adecuada, muchos de los platos que
elige de la carta no están disponibles y los que prueba no cumplen en ningún
momento las expectativas de lo que se considera un buen restaurante. Además,
las continuas discusiones en la cocina dejan alucinado al chef.
Chicote decide entrar en la cocina a ver que se cuece. En
ella se encuentra a una cocinera con una actitud chulesca, grasa y suciedad por
todos los lados y en la cámara productos cocinados y crudos, algunos en muy
malas condiciones.
Por último faltaba ver que tipo de servicio se les ofrece a
los clientes en este lugar. Para ello Chicote decide ver como trabaja el
restaurante en el servicio de noche, y no trae nada bueno: Carta escasa debido
a que no hay muchos de los platos, dichos platos no son del agrado de los
clientes, la cocina es un caos y hay discusiones continuamente, y la espera de
los clientes para ser atendidos es muy larga.
En definitiva, Chicote se encuentra ante una situación casi
extrema.
La solución para el Restaurante La Tana.
Alberto Chicote decide ponerse manos a la obra. La primera
medida que toma es crear una seña de identidad para el restaurante, dicha
identidad será una hamburguesa especial, con ingredientes de calidad. Dicho
plato se convierte en un éxito en el día de la prueba.
Además, promueve la coordinación entre los tres integrantes
del restaurante, algo que no sienta demasiado bien a Alfredo, el propietario,
hasta el punto que decide abandonar el local. Al día siguiente, Chicote decide
hablar con él y abrirle los ojos, a lo que afortunadamente Alfredo responde
positivamente.
Chicote decide dar al local un toque diferente, para ello
cambia toda la decoración, proponiendo un local con un nuevo clima y más
luminosidad, en el que los clientes se sientan a gusto.
Por último se plantea un nuevo menú: más sencillo, variado y
con ingredientes de muy buen a calidad.
La prueba de fuego se resuelve con un gran éxito: gran
coordinación entre los trabajadores, el restaurante lleno, el servicio
excepcional y la comida sobresaliente.
Parece que finalmente, si todo sigue por este camino, el
Restaurante la Tana seguirá adelante.
0 comentarios:
¿Te animas a decir algo?